La dignidad

 

“La dignidad no consiste en tener honores, sino en merecerlos”. 

Aristóteles

 

Hace unos dias, viviendo la cuarentena por el COVID-19, hicimos en familia un focus group sobre el significado de la palabra dignidad. El resultado arrojó que la dignidad era una cualidad de las personas y que estaba relacionada con otras cualidades, virtudes y principios como: honor, lealtad, moral, amor propio, conducta, confianza, fidelidad, honra y valores.

 

Se dice que una persona posee dignidad, cuando ésta se valora a sí misma, más allá de las necesidades que tenga, o de exigencias de otros, manteniendo su honor e integridad frente a cualquier presión que obligue un cambio de conducta. 

 

En la historia de la guerra del Pacifico por ejemplo, tanto Miguel Grau como Francisco Bolognesi nos dieron ejemplo de dignidad y honor, al poner en consideración de los Oficiales más jóvenes el escenario que se avizoraba, en donde decidierón luchar antes que rendirse. 

 

Si tuviéramos que hacer un esquema acerca de la dignidad, podríamos presentarlo de la siguiente manera: 

valores    ➡️ dignidad   ➡️ confianza. 

 

Esto quiere decir que la dignidad de las personas se sustenta en los valores que posee, siendo estos los principios que rigen las conductas, cualidades y actitudes a lo largo de su vida. Manteniendo esta línea, una persona digna obtendrá la confianza de los demás.  

 

Y aquí encaja la pregunta: ¿Porqué las personas pierden la dignidad?, algunas respuestas:

 

1.     No saber decir “NO”

2.     No respetar sus limites: “Yo llego hasta aquí”

3.     Distorsión del patrón de valores interiorizado, debido a motivaciones externas

4.     Falta de valores desde casa

5.     Malos ejemplos

6.     Necesidad de logros 

7.     Falsas amistades 

8.     Búsqueda de intereses personales 

  

Existen muchos ejemplos de la pérdida de dignidad por parte de las personas, dentro de los cuales podemos mencionar aquellos de índole familiar, laboral, político, deportivo, entre otros; por tanto la falta de dignidad lleva a la perdida de la confianza.            

 

Asi pues, para finalizar, la dignidad no se compra ni se improvisa, no es negociable, con la dignidad se nace y se fortalece a través del tiempo desde el hogar y en la interacción con la sociedad en los ámbitos educativos, laborales, sociales y recreativos.

 

“Sé fuerte. Vive honorablemente y con dignidad. Y cuando pienses que ya no puedes, no te rindas”. 

                                                             

James Frey

 

Lima, 14 de febrero de 2021

Jorge Padilla Ramón

#dignidad #integridad