Primer acuerdo: Sé impecable con tus palabras*

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Las palabras tienen poder, en donde a través de su aplicación, se puede pensar, expresar y crear diferentes acontecimientos en la vida, asi como manifestar intenciones y mostrar la verdadera cara de las personas, teniendo dos sentidos: bueno y malo. Ahí se puede contribuir o eximir cualquier cosa alrededor. Las palabras liberan o esclavizan a las personas, tienen como efecto cambiar para bien la vida de quienes las escuchan o también de llevarlas a un camino contrario. Para ello, la mente humana se presenta como un campo fértil en el que continuamente se “siembran semillas”(palabras).

Desde que las personas nacen, van recibiendo semillas en la mente y estas van forjando y moldeando conductas, apreciaciones y maneras de pensar, que van desde percepciones positivas hasta negativas, las mismas que se encuentran muy arraigadas.

Existen muchas personas que a través del poder que tiene la palabra en las mentes, generan situaciones de miedo o de duda. Por otro lado, también hay personas que a través de la palabra pueden influir positivamente generando confianza interna, deseos de superación y fortaleciendo y activando el positivismo que puede encontrarse guardado o en stand-by.

Las palabras tienen un efecto muy fuerte en la vida de las personas, a veces las personas que no ejercen un adecuado liderazgo en los trabajos por ejemplo, pueden generar traumas en aquellos colaboradores, a los que se dirigen de manera descortés o altanera diciéndoles: "no sirven para nada”, lo cual genera de forma automática una imagen interna en donde dicha persona cree lo dicho por su jefe como cierto y por ende a partir de ello, mantendrá ese estigma de “no servir para nada”; siendo trasladada esta marca, al desarrollo de su vida personal en todos los ámbitos en donde se desenvuelva y con las personas con que se relacione. 

Sin embargo, la cura a ello puede venir desde una tercera persona, la cual expresa lo contrario, resaltando cualidades personales, con lo cual la persona afectada borrará esa mala semilla. Y también puede darse, que la misma persona no acepte tal calificativo; en pocas palabras que “no se tome a pecho lo dicho”, con lo cual seguirá su desarrollo de forma normal sin distorsiones, no dejándose influenciar o afectar por lo que pueda decir cualquier persona. 

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La palabra impecable viene de tres vocablos en latín: “in” que significa no, “peccare” qué significa pecar o cometer una falta y “ble” que significa posibilidad; es decir “sin pecado”, “sin falta”. Cuando las personas se valoran de verdad, serán siempre impecables en sus relaciones con los demás y esto genera una ley de atracción, en donde acciones, palabras o pensamientos buenos, obtendrán reacciones buenas y así sucesivamente. Es importante entonces, llegar al acuerdo interno consigo mismo, para desterrar todas las manifestaciones negativas o el “veneno” que pueda estar muy arraigado, de manera tal que todo ello sea eliminado, buscando sobre la base de la “verdad”, el sustento para las palabras impecables. Sin embargo, este camino es largo, porque de la noche a la mañana no se pueden desterrar creencias y afirmaciones que están bien cimentadas.

En la actualidad por ejemplo, la propagación de  “chismes”, en donde las personas generan alto grado de opiniones mayoritariamente negativas y venenosas, como parte de un tema en especial, hacia personas conocidas o no, con calificativos muy duros, distorsionan la realidad; existiendo personas que son expertas en generarlos y expandirlos premeditadamente con el único fin de afectar a otras, ya sea en el mundo personal, familiar o laboral.  Este aspecto lo vemos ahora muy seguido a través de las redes sociales. 

Para contrarrestar ello, aquí entra a tallar el sentido común de las personas, en donde ser impecable con las palabras se vuelve en el escudo protector, que va de adentro hacia fuera en las relaciones de convivencia, desarrollo personal y de crecimiento emocional.

Entonces, la receta es: desterrar palabras para reprochar, culpar o expresar envidia, odio y demás aspectos negativos, ya que todo ello hará que por la ley de atracción estas no retornen a quienes las dicen y más aún si estas son empleadas desde los entornos más íntimos de las personas. Asimismo, mantenerse alejado de aquellas personas que permanentemente irradian negatividad a través de sus palabras y actos.

Este es un proceso largo, pero el cambio comienza en uno mismo, la decisión es personal, ser impecable con las palabras seguirá mostrando nuevos caminos en la vida, del interior hacia el exterior, desde el exterior hacia el interior, desde donde están las personas más cercanas y así sucesivamente hacia afuera y hacia adentro, todo ello gracias a la fuerza de las palabras.

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Este primer acuerdo guarda estrecha relación con la integridad de las personas como valor principal, en tanto la coherencia del pensar, decir y hacer debe estar siempre en sintonía.

Finalmente, ser impecable con las palabras también genera inmunidad contrarrestando palabras negativas de otras personas, contribuyendo a elevar la autoestima y colocando a las personas en un estadio de paz, tranquilidad y felicidad.

Los invito a dejar que la buena semilla prenda y se desarrolle en cada una de las personas que lean e interioricen este primer acuerdo.

Jorge Padilla 

Lima, 3 de junio de 2021

Diario de bitácora 

*tomado del libro “Los 4 Acuerdos” del Dr. Miguel Ruiz 

Referencias:

Foto 1:  https://www.amazon.com/-/es/Don-Miguel-Ruiz/dp/187842436X?asin=B005BU9MTO&revisionId=f3224261&format=1&depth=1

Foto 2:  https://ununiversomejor.com/los-cuatro-acuerdos-toltecas/

Foto 3:  https://ununiversomejor.com/los-cuatro-acuerdos-toltecas/