Segundo acuerdo: No te tomes nada personalmente*.

 

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Con el devenir de la vida, las personas tienden a tomarse muy a pecho la comunicación que reciben a través de conversaciones, actitudes, posturas, lecturas, etc., de terceras personas que pueden ser conocidas o no, cercanas o no y que con un mensaje (positivo o negativo) pueden generar un impacto en el estado anímico o incluso ir contra la propia creencia de como se considera una persona, cuando no debería de ser asi.

 

De esto hay varios ejemplos, como de aquella persona que recibe un halago, una crítica o hasta un insulto y en donde la persona que los recibe, sin ningún filtro, puede interiorizar y asumir que es cierto y con ello originar una distorsión al interior de su ser, teniendo como una puerta abierta en donde absorbe de manera permanente lo que recibe, creando y creyendo una falsa imagen de si misma. 

 

Todo lo anterior guarda relación con el primer acuerdo: sé impecable con tus palabras. Más aún, teniendo en consideración que hay muchas personas negativas en diferentes entornos, las cuales vienen ya con un alto nivel de contaminación o veneno, producto de sesgos arraigados, aprendizaje, crianza, malas experiencias; quienes a través de su palabra se dedicán a criticar a otras personas (chismes), a encontrar defectos, haciendo observaciones o comentarios negativos, donde para ellos todo esta mal (“don pésimo”) y solo reconocen aspectos que no suman; siendo incluso algunas de ellas, familiares o personas cercanas del entorno laboral o amical.

 

Por tanto, es necesario que cada persona a través de su propio conocimiento interno, íntimo y profundo, tenga claro quien es, cuan importante es, con virtudes, defectos y que valor tiene, para que esto genere un escudo protector creando su “propia inmunidad” ante palabras negativas, cargas de envidia u odio.   

 

Igualmente, en caso de recibir comentarios halagadores o positivos, el efecto tiene que ser el mismo, de forma tal que no altere su propia creencia de quién es realmente, creando falsas imagenes. Todo ello esta relacionado al viejo consejo de que “palabras buenas o malas, entran por un oído y salen por el otro”, en referencia a no creerlas en su totalidad, menos interiorizarlas y reafirmar entonces lo que uno es.

 

Es pertinente precisar, que de acuerdo a la interpretación del autor del libro, las palabras buenas o malas que reciben las personas, representan el reflejo de quienes las dicen; es decir, de lo que son, de lo que se consideran, de sus aspiraciones y de las propias limitaciones internas que tienen, las cuales afloran a través de sus palabras. 

 

En ese sentido, cada persona establece acuerdos, puntos de vista, interéses, estilos, palabras, pensamientos, asi como su posicionamiento ante el resto; por ello, muchas de ellas solo buscan conflictos, creando incertidumbre entre las personas, puntos de discordia, discusiones, separaciones y problemas, lo que refleja al fin y al cabo la suma de sus propios miedos, de heridas internas que no han sanado, de falta de amor propio, inseguridad y frustraciones; por tanto, son personas que no se encuentran bien consigo mismas y no llegan a encontrar el equilibrio y todo ello lo expresan a través de sus comunicaciones. Consejo: mantenerse alejado de este tipo de personas. 

 

Entonces, quererse a uno mismo, amarse a uno mismo es el punto de partida para sentirse bien y esto a su vez como efecto multiplicador reflejará que todo este bien alrededor de lo que ocurre y de aquello que se presenta en el día a día; todo se traduce en el amor interno: alegría, felicidad y agradecimiento con la vida; así, el mundo interno de las personas a pesar de las circunstancias girarán en una órbita de paz y tranquilidad y esto se proyecta en el mundo exterior.

 

El poder de la mente es profundo y emplearlo para bien, dará muchas satisfacciones, pero se debe tener la capacidad de poder controlar los pensamientos que son positivos o favorables para hacer cosas buenas y no dejarse llevar por pensamientos contrarios que también surgen en determinada situación cotidiana, ordinaria o incluso extraordinaria. Es pues, un proceso de aprendizaje permanente.

 

El tomarse las cosas personalmente lleva a sufrir, lleva a un maltrato interno, el cual es innecesario si se controlan las palabras de terceros o pensamientos propios que aparecen para cambiar el eje de estabilidad. Los pensamientos internos negativos tambien juegan un papel muy importante en este acuerdo, por ello poco a poco, estos deben de ser desplazados de la mente de las personas.

 

Así como dice algún eslogan: “Pare de sufrir”, la decisión está en el interior de las personas, en sus pensamientos, en como se ven, como se consideran, asi como en la relación con otras personas y en cómo fortalecer su inmunidad en la vida misma, lo cual al hacerse un hábito alejará pensamientos y actos negativos; y por otro lado, fortalecerá la confianza interna, ya que las personas serán conscientes que dependen de sí misma, por lo que son y no por lo que le digan otros, siendo positivos y responsables de sus actos siguiendo el mandato de su corazón.

 

Tener siempre en cuenta que el mundo sigue girando y que para él no ha ocurrido nada, por ello, no te tomes nada personalmente.

 

 

Jorge Padilla 

Lima, 9 de junio del 2021

 

*Tomado del libro “Los Cuatro Acuerdos” de Miguel Ruiz.

 

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Foto 1: https://www.crisol.com.pe/libro-cuatro-acuerdos-9788479532536

 

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