Ontología del Lenguaje

Ontología del Lenguaje*

Para llegar a la definición y a las características de la ontología del lenguaje haremos una retrospectiva hasta la antigua Grecia, situándonos en la época donde se inventa una nueva forma de comunicación: el alfabeto,  ocasionando cambios transformacionales en la educación y en la convivencia social. Así, los filósofos cobran relevancia, contribuyendo a generar en las personas, que piensen sobre ellas mismas y sobre el mundo que las rodea.

 

Hasta antes de la aparición del alfabeto, los poetas se encontraban a cargo de la educación y ellos a traves de relatos resaltaban historias épicas de humanos, héroes y dioses; donde se podía entender lo que significaba el amor, la piedad o la valentía, dada las acciones de los protagonistas. Sin embargo, la aparición del alfabeto originó la separación entre el orador, el lenguaje y la acción, debido a que el texto que se encontraba escrito, al ser leído, prescindía del orador. Asimismo, esta nueva situación produjo un desplazamiento de un lenguaje de acción a un lenguaje de ideas.

 

Es entonces que la reflexión toma un papel preponderante sobre el relato de acontecimientos, surgiendo preguntas como: ¿Qué es el amor?, ¿Qué es la piedad? ¿Qué es la valentía?, las cuales iban más allá de las acciones de los protagonistas; por tanto, el interés pasó de conocer las acciones a conocer el ser de las cosas.  Este hecho sentó las bases del pensamiento racional. A su vez, el interés por el pensamiento certero sentó las bases de la lógica, la cual estableció el camino para el pensamiento válido y la forma de trasladar de una idea a otra para alcanzar lo verdadero y evitar lo falso, naciendo así la racionalidad.

 

Dado que el ser humano es un ente racional, asienta en la mente su pensamiento, haciendolo ser como es, teniendo además, la capacidad de cambiar su propia comprensión interior y la mirada con respecto al resto. El pensamiento es la base del ser. La razón es lo que nos hace humanos.

 

Por otro lado, de la época de Platón y Aristóteles a la fecha, han ocurrido importantes aportes en la filosofía, sociología, lingüística, antropología, psicología sistémica y en las ciencias biológicas y humanas, contribuciones que desde diferentes aristas han originado que el lenguaje ocupe un lugar privilegiado respecto a la razón.

 

La ontología del lenguaje procura recoger todos los aportes diferentes en concordancia para poder observar de manera coherente los diferentes fenómenos humanos, en donde el hilo conductor es el reconocimiento de la importancia del lenguaje en la comprensión de la vida humana, desmarcándose del pensamiento griego antiguo.

 

El término ontológico hace referencia a la interpretación de los diferentes niveles que los seres humanos comparten y que confieren una forma particular de ser. 

La ontología del lenguaje tiene tres postulados:

 

1.     Primer postulado: Interpretamos a los seres humanos como seres lingüísticos. 

La existencia humana considera tres dominios: dominio del cuerpo (posturas), dominio de la emocionalidad (emociones) y dominio del lenguaje (lo que se dice o escucha). A traves del lenguaje conferimos sentido a nuestra existencia. Desde el lenguaje nos es posible reconocer la importancia de dominios existenciales no lingüísticos. Toda forma de comprensión o de entendimiento pertenece al dominio del lenguaje.

 

2.     Segundo postulado: Interpretamos el lenguaje como generativo.

El lenguaje no solo nos permite hablar sobre las cosas, el lenguaje hace que las cosas sucedan. El lenguaje no es pasivo o descriptivo, es generativo. El lenguaje crea realidades. El lenguaje es acción. La ontología del lenguaje se sustenta en tres términos: seres humanos, lenguaje y acción. Cuando decimos algo de una manera u otra o no diciendo nada, abrimos o cerramos posibilidades para nosotros mismos y muchas veces para otros. Cuando hablamos, modelamos el futuro, el nuestro y el de los demás; a partir de lo que dijimos, callamos o escuchamos de otros, nuestra realidad se moldea en un sentido u otro. Nuestra identidad y la de los demás es un fenómeno lingüístico, una construcción lingüística.

 

3.     Tercer postulado: Interpretamos que los seres humanos se crean a si mismos en el lenguaje y a través de el.

La vida nos permite descubrir como somos realmente y en donde se despliega nuestra forma de ser. La vida es un espacio en donde los individuos se inventan asi mismos, los seres humanos no tienen una forma de ser predeterminada ni permanente. La ontología del lenguaje tiene como foco de atención a los seres humanos.

 

Los seres humanos no tienen un ser fijo, dado e inmutable, por el contrario se encuentran permanentemente en un proceso de ir y venir , de invención y reinvención. Se sabe lo que son pero no se sabe lo que podrían ser. Los seres humanos se inventan a sí mismos en el lenguaje (Heidegger).

 

Desde el papel del observador, las cosas son como nosotros las interpretamos o consideramos y todo lo dicho siempre es dicho por alguien (Maturana).

 

La ontología del lenguaje tiene tres principios:

 

Primer principio: No sabemos las cosas como son, solo sabemos como las observamos o las interpretamos y vivimos en mundos interpretativos: Los sentidos no proporcionan una fiel representación de como las cosas son, independientemente del observador que las percibe. El conocimiento revela tanto lo observado como quien lo observa. El lenguaje no es inocente, toda proposición y/o interpretación abre y cierra determinadas posibilidades en la vida, habilita o inhibe determinados cursos de acción. La capacidad de transformación del mundo esta asociada al poder de las interpretaciones.

 

Segundo principio: No solo actuamos de acuerdo a como somos, tambien somos de acuerdo a como actuamos. La acción genera ser. Uno deviene de acuerdo a lo que hace: Nuestras acciones revelan no solo como somos, también nos permiten transformarnos, ser diferentes. La acción no es solo la manifestación de un determinado ser que se despliega en el mundo, es también la posibilidad de que ese mismo ser se trascienda a si mismo y devenga un ser diferente. Este es uno de los principios básicos del coaching ontológico, en donde el objetivo es lograr que una persona actúe de un modo determinado, moviéndose en una determinada dirección dejando atrás antiguas formas de ser.

 

Tercer principio: los individuos actúan de acuerdo a los sistemas sociales a los que pertenecen, pero a través de sus acciones, aunque condicionados por estos sistemas sociales, también pueden cambiar estos sistemas sociales: Los individuos se constituyen desde el sistema de relaciones que mantienen con los demás. Los individuos son componentes de un sistema social más amplio, el sistema del lenguaje. El sistema social constituye al individuo, del mismo modo en que el individuo constituye al sistema social, basado en la relación entre el todo y sus partes  se produce la dinámica del devenir (posibilidad de cambio en una cosa que tiene ser, que existe).


Respecto al lenguaje humano, los seres humanos son seres lingüísticos, son seres que viven en el lenguaje. El lenguaje por su parte es un fenómeno social y no biológico, el lenguaje nace de la interacción social entre los seres humanos. Los participantes de una interacción social comparten el mismo sistema de signos (gestos, sonidos, etc) para designar objetos, acciones o acontecimientos y para coordinar acciones comunes. El lenguaje surge a partir de la generación de un dominio consensual que es producido en la interacción social. Sin un dominio consensual no hay lenguaje. Por otro lado, la capacidad de reflexión permite especular, entablar conversaciones con los demás (o propias), a cerca de nuevas posibilidades, arriesgarnos e inventar.

 

Aquí juega un papel importante el liderazgo, el cual esta relacionado a la capacidad humana de intervenir en el diseño de nuestros entornos sociales y al hacerlo, de intervenir también en el diseño de muchos otros individuos. El liderazgo es una de las más claras manifestaciones de la capacidad generativa del lenguaje.

 

La ontología del lenguaje construye la unidad entre el orador, el lenguaje y la acción. Reconoce que todo lo dicho siempre es dicho por alguien, restableciendo el lazo entre el lenguaje y el orador. Al conectar el lenguaje con la acción se produce una comprensión nueva de la acción humana.

 

La mayor fortaleza de la ontología del lenguaje radica en la interpretación que proporciona sobre el individuo y su mundo, ofreciendo una nueva expansión de las posibilidades humanas, como por ejemplo en el caso del sufrimiento, el cual es un fenómeno lingüístico y lo diferencia del dolor, que se debe a razones biológicas. Sin lenguaje no habría sufrimiento.

 

Al reconocer el carácter lingüístico de la persona, podemos intervenir de un modo más poderoso. La ontología del lenguaje al ser usada en la práctica del coaching ontológico, guía hacia el lugar en donde el coach debe de buscar la fuente del sufrimiento y por consiguiente hacía lo que necesita ser transformado para aliviarlo.

 

La ontología del lenguaje también ofrece una poderosa herramienta para lidiar con la crisis de sentido (de la vida), en donde contribuye para que las personas puedan reinventarse y generar un sentido nuevo en sus vidas.  

 

Finalmente, la ontología del lenguaje nos permite hacernos responsables plenamente de nuestras vidas, permitiéndonos elegir las acciones que nos llevarán a convertirnos en aquel ser que hayamos escogido, en un instrumento muy importante en el diseño de nuestras vidas, de nosotros y del mundo.

 

 

Jorge Padilla Ramón

 

Lima, 21 de agosto de 2021

 

*Tomado del libro “Ontología del Lenguaje” de Rafael Echeverría

 

Foto: https://biblioteca-virtual.fandom.com/es/wiki/Ontolog%C3%ADa_del_lenguaje

 

 

 

Comentarios

  1. Tan importante el lenguaje y tan descuidado en estos tiempos de cambio, tiempos salvajes que vivimos… la falta de reflexión e introspección parece ser endémica … Gracias por tratar de llamar la atención sobre este aspecto

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