Cadena de favores

“Los favores rebotan”

                     Doménico Cieri

Las personas vivimos en nuestros mundos, en donde crecemos y desarrollamos cada día en base a experiencias, aprendizajes y lecciones de vida. Cada cual tiene diferentes perspectivas del mundo, de las personas y del valor de la vida misma. Para algunos, lo material es más importante que lo espiritual o el estatus social es más importante que la sencillez y la humildad de corazón.

Para otros, la vida gira únicamente en respirar, comer y sobrevivir, sin importarles el resto, su entorno o cualquier persona que no sirva o se preste como medio para lograr un objetivo.

Muchas otras, nunca salen o saldrán de su zona de confort, porque en ella se sienten protegidos y sin mareas u olas que les hagan sentir vaivenes en donde puedan perder estabilidad, lo cual los pone en una condición estática ante el mundo, con nulo compromiso o interés por los demás; sólo importa lo que únicamente ambicionan: poder, reconocimiento o estar por encima de los demás.

Sin embargo, afuera hay un mundo que sigue girando, con amaneceres y ocasos, con bulla y silencio, con risas y lágrimas, con felicidad y con olvidos; con partidas y llegadas, en donde hay muchas personas que transitan en medio de problemas, injusticias, vicisitudes, alarmas, sobresaltos e infelicidad. Y que se han acostumbrado a vivir así, emocionalmente en las sombras, olvidados o separados por otros. Acaso alguna vez se han preguntado, ¿cuántas personas están solas no sólo físicamente, sino emocionalmente, encerradas en un círculo vicioso, sin oír a nadie sin querer entablar conversaciones, manteniéndose en un estado de apatía, sin luz, apagadas y sintiéndose incapaces de poder ayudar a otros o de recibir algún tipo de ayuda?, teniendo incluso, medios materiales y económicos para vivir “tranquilamente”.

Ese es el mundo, un mundo que para él no ha pasado nada, que aporta ritmo y acoge a los personajes que en él se desenvuelven, no es un mundo estático, es un lugar donde todos somos importantes, todos somos protagonistas, todos tenemos al fin y al cabo un propósito en la vida (aunque a veces no seamos conscientes de ello), todos podemos servir de puentes para las personas a fin de cruzar un problema o acompañar en una experiencia, pero en su totalidad todos podemos mejorar la vida de las personas, a través de pequeñas o grandes acciones o solo escuchando o sólo dando un abrazo o sólo acompañando en silencio.

Cada uno de nosotros en su mayoría podemos decir que en nuestras vidas hemos ayudado en generar cambios en otras personas, cercanas o desconocidas y con un alto impacto, abriendo nuevas posibilidades, enmendando rumbos; como la luz de los faros que ayudan a los navegantes o como el sabio consejo de una madre; y a su vez, estas personas como efecto multiplicador han ayudado a otras para generar cambios en otras vidas. La receta es fácil: escuchar o ver, tomar la decisión y actuar. Sin pedir nada a cambio, únicamente el interés por ayudar. Hay que tener en cuenta que muchas veces el proceso de retorno de los favores o buenas acciones que hagamos, no serán para nosotros dado el dinamismo de la vida, pero si regresarán a nuestro entorno tarde o temprano, en un futuro. Enseñar y compartir aprendizaje es parte de la cadena de favores.

A propósito, hace unas semanas ví la película cadena de favores, la cual me generó varias reflexiones en su contenido, en donde a través de una decisión, se inició silenciosamente un plan para ayudar a personas conocidas o no para cambiar sus vidas o para dejar algún tipo de mensaje, el cual interiorizado, tuvo una propagación muy alta cambiando la vida de muchas personas. Y es verdad, todos podemos hacer que las cosas cambien para otros con pequeños y grandes detalles; sin embargo me llama la atención que por un lado existan muchas personas con las ganas y el ímpetu de sembrar valores, de hacer actos silenciosos de amor y desprendimiento con otros y por otro lado, me trae a la mente por ejemplo, la imagen de aquellas personas que como diríamos coloquialmente “se golpean el pecho en una Iglesia” se encomiendan a “todos los santos”, pero que sus acciones son totalmente contraproducentes por cuanto en su entorno más cercano son personas de mal corazón y mal agradecidas, siendo la otra cara de la moneda en sus vínculos más íntimos, más cercanos, más filiales.

Veo también a diario muchas personas que hacen denodados esfuerzos por otros, personas que se trazan objetivos para ayudar a otros en encontrar su camino, otorgando valor en pequeños esfuerzos que pueden significar grandes cambios de vida.

No debemos olvidar, que sólo somos aves de paso, sólo estamos en tránsito en esta vida, somos ya pasajeros de un tren que partió y que desconocemos en qué estación bajaremos, pero debemos de tener claro nuestro propósito de vida, el cual será la mayor satisfacción cuando migremos a otro territorio o cuando anclemos en nuestro último puerto y el legado que dejemos siga expandiéndose para que la cadena de favores siga creciendo, siga trascendiendo y pueda llegar a todos en este mundo, ya que siempre necesitamos el aporte de cualquier persona para seguir creciendo.

Hay mucho por hacer, demos el primer paso, elijamos a personas, hagamos algo que ayude a cambiar sus vidas, ojo no es sólo material y con la consigna de que estas personas hagan lo mismo, de manera tal que se convierte en una gran pirámide de ayuda y crecimiento. Hay muchas personas a nuestro alrededor que necesitan ayuda, podemos hacer la diferencia, cada uno desde sus posiciones, podemos ayudar a cambiar el mundo y no quedarnos con los brazos cruzados, podemos ayudar a sonreír, a encontrar el camino, a ser más tolerantes, a estirar una mano.

La gratitud trascenderá fronteras, fortalecerá corazones, armonizará espíritus, será oxígeno y luz para muchas personas.

Los animó a iniciar esta cadena,

¡Yo ya la inicié!.

“Cuando hagas favores no los recuerdes. Cuando recibas favores no los olvides”.

(Proverbio chino)

Jorge Padilla Ramón

Lima, 31 de octubre del 2021

Blog Diario de Bitácora: Diario de Bitácora (coquipadilla.blogspot.com)

Podcast Diario de Bitácora en Spotify: Diario de bitácora | Pódcast en Spotify

Podcast Diario de Bitácora en Apple Podcast: ‎Diario de bitácora en Apple Podcasts

Podcast Diario de Bitácora en Google Podcast:  Diario de bitácora (google.com)


Comentarios

  1. Hermoso Jorge!!! Gracias por compartir ☺️

    ResponderEliminar
  2. Estimado Jorge, muy interesante el artículo, un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Plenamente de acuerdo con esta importante y reflexiva publicación que hace respecto a la cadena de favores, sr.
    La solidaridad y la buena voluntad siempre tienen un buen efecto bumerán.
    Excelente sr.!
    Víctor M.V.M.

    ResponderEliminar
  4. Gracias señor por su aporte a la reflexión. Interesante. Abrazos.

    ResponderEliminar
  5. si cada uno tuvieramos este pensamiento de que somos uno y todos nos necesitamos..que la vida es una Cadena de favores.
    gracias por Recordarlo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Nuestra rueda de vida

Los versos de Thomas Gray

El agradecimiento como parte de nuestro balance de vida