Los instantes en la vida

La vida, está llena de instantes que quedan guardados en nuestra memoria, como hitos que marcan las diferentes situaciones que nos toca vivir, dejando huellas, generando experiencias e incrementando nuestra sabiduría.

Los instantes son diversos, que van desde aquel en que llegamos al mundo y también cuando nos toca irnos de él, su duración es de segundos o pocos minutos y que pueden ser un cataclismo, un punto de inflexión en nuestras vidas, marcar un antes o un después, tocar el cielo con nuestras manos o mandarnos directamente al infierno.

En cuestiones de tiempo, el pasado es quien tiene mayor cantidad de instantes que están ahí almacenados por rubros, el presente guarda una relación muy estrecha con el instante, ya que son en esos instantes en donde se vive el presente y una vez que ocurrieron pasan al inventario del pasado. “El agua que tocas en la superficie de un río, es la última de la que pasó y la primera de la que viene: así es el instante presente”, dijo Leonardo da Vinci. El futuro es una proyección de los instantes que ocurrirán; sean estos, nuestros propios deseos o los que se presenten por las diferentes causalidades de la vida, es un tiempo o instante que aún no ha llegado.

Entonces, los triunfos, los momentos románticos, las buenas o malas noticias, el despertar o soñar, se dan en un instante y la vida sigue transcurriendo; el como tomemos las cosas dependerá de nuestro nivel de madurez, satisfacción, responsabilidad, ubicación en el contexto de la realidad o simplemente en lo que nuestros instintos nos hagan saber. Por tomar un ejemplo, la felicidad, el fracaso, las alegrías, penas o infelicidad no son eternas, son solo instantes.

Luego de la ocurrencia de una determinada situación, el instante en que ocurre tendrá o no un efecto de arrastre futuro o de backup en el pasado, si es que fue importante como para tenerlo en cuenta, los instantes son fugaces pero su intensidad los hará eternos.

Cuando se da una determinada situación, en ese instante las emociones fluyen a mayor rapidez e intensidad, lo cual hace que se llegue a un nivel máximo de atención, más aún si este instante va asociado a respuestas como un SI o un NO, a recibir del doctor un diagnóstico complicado, al inicio de una conferencia importante, al tener una entrevista o conversación o ante situaciones imprevistas.

Luego de dicho instante, la presión baja, el cuerpo y mente se relajan, el clímax del instante paso, si dejo huella o no, eso dependerá de cómo calo en las personas.

Los instantes quedan atrapados como fotografías en nuestra mente y todo lo que se asocia a él también tendrá una relación directa, como olores, melodías, palabras, lugares, paisajes, clima.

Los instantes que se perdieron, no se vuelven a recuperar y difícilmente una misma situación con su contexto incluido se puede repetir en muchas circunstancias; sobre todo, los momentos inesperados y de intensa felicidad, no se pueden retener. Entonces, cada instante tiene su importancia y peso y no puede ser comparable con otros o por los que pudieran venir. Son únicos. 

Los instantes están en el ahora, están en las decisiones que tomemos, por ello es necesario hacerlo antes que sea demasiado tarde o ya no exista vuelta atrás.

Hay que disfrutar la vida intensamente, con pasión, con ganas, con atrevimiento, hay que disfrutar la vida en cada instante, para que al final de esta, tengamos pocas cosas de que arrepentirnos de no haber hecho, de no haber vivido o disfrutado, tal como lo dicho por Gabriel García Marquez: “La vida no es la que uno vivió, sino la que recuerda y cómo la recuerda para contarla”. Sin embargo, no es tan fácil decir “vive la vida intensamente”, porque eso dependerá de un gran cambio interno propio, lo que normalmente ocurre es que sigamos en un mismo patrón, en las mismas costumbres, el mismo dialogo.

Debemos de tener en cuenta que la vida es un milagro, es una bendición y que debemos de sentirnos agradecidos por lo que tenemos, por lo que somos, por la familia que tenemos, por la salud que gozamos y que es finalmente única, es solamente nuestra. Por ello, no debemos de vivir la vida de otros, debemos ser siempre los protagonistas de nuestra propia vida, con virtudes, con aciertos, pero conscientes que así es este viaje.

Los instantes no se pueden congelar o guardarse y vivir ahí, los hijos crecen, unos nacen, otros mueren, somos jóvenes y después ancianos, estamos sanos y vitales y luego débiles, en sí, la vida es dinámica, el reloj y el calendario del tiempo no paran, lo que escribo ahora en este momento, en breve será parte del pasado; por ello no hay instante mejor y único que el que vivimos en el presente.

La vida entonces son instantes, nuestra vida puede cambiar en un instante, hoy estamos aquí, mañana quizás ya no, si tenemos que decir algo a alguien, es el momento, porque quizás ya no exista otra oportunidad para hacerlo; ante esta situación, la tarea que tenemos es de sonreír, disfrutar los momentos, aprender de ellos, compartir más, escuchar más, solo somos aves de paso en esta vida.

Si pudiéramos vivir nuevamente, quizás trataríamos de ser menos perfectos, de darle menos valor a lo material, viajaríamos más, anotaríamos nuestras verdaderas prioridades, reconocer siempre el valor de la familia, el ayudar a los demás. 

La vida es corta, pasa muy rápida, 1440 minutos en un día, 168 horas por semana, el tiempo se acaba para todos nosotros por igual. Mucho mas importante es la calidad de vida a la cantidad de vida vivida por nuestros actos.

Cada día que pasa es un día más cercano al final, cuando termine este viaje, la vida seguirá continuando, el mundo seguirá girando con nosotros y sin nosotros. Lo material se queda, nuestro lugar lo ocupa otra persona, nuestras deudas y nuestros planes a largo plazo se desvanecen, el dolor pasa.

La vida es la suma de instantes.

Jorge Padilla

Lima, 03 de octubre 2021

Diario de bitácora: Diario de Bitácora (coquipadilla.blogspot.com)

 

 

 

Comentarios

  1. Hay instantes tan buenos y otros no tanto.
    Y sí, es bueno recordarlos; como aquel en que decidí reingresar a su blog, con un poco más tiempo para respirar (literalmente) porque la vida actual con su acelerado ritmo, pareciera hacer que los tiempos modernos fueran cada vez más cortos. Y claro que recordaré con agrado el instante en que comencé y acabé de leer (ésta) su publicación "Los instantes de la vida" porque eso me llevó a volver a vivir los recuerdos de los instantes más bonitos como cuando éramos niños y mamá nos acariciaba, o cuando éramos cadetes y mamá nos esperaba el fin de semana, o cuando siempre mamá estaba presente con nosotros sus hijos.
    Nunca dejaré de recordar los instantes bonitos vividos con mi señora madre, especialmente desde hace poco en que está en el cielo.
    Con el aprecio de siempre sr.
    Muy atte.
    Víctor M. V. M.

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    1. Victor, los mensajes llegan así de improviso y este articulo de los instantes de la vida, nos hace reflexionar en que debemos de guardar siempre los buenos momentos para más adelante traerlos y vivirlos como una película con un bonito final. Tu mami desde el cielo es tu ángel de la guarda y siempre te cuidara hasta que se vuelvan a encontrar.

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  2. Tremenda reflexion, gracias amigo Jorge.

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