Nuestra rueda de vida

 Bitácora Nro. 35

1 de mayo 2023

 


El desarrollo de nuestras vidas, visto en retrospectiva es como una película o un libro; lleno de capítulos, de tramas, de desenlaces y de vaivenes, en donde transcurren diferentes situaciones que cada uno de nosotros las vivimos en un tiempo determinado.

Cuando nacemos, se nos abre un mundo de amor, de apego y de cuidado, pero también conforme crecemos se van presentando oportunidades y condiciones para atravesar este camino de la mejor manera. Lógicamente, que este transito es en condiciones normales, sin entradas laterales, sin entornos inestables, sin amenazas externas o incluso sin malas decisiones propias. La vida misma de cada uno de nosotros se va desarrollando así, vamos aprendiendo a valorar unas cosas más que otras; si cometemos errores, aprendemos de ellos, ganamos experiencia de vida, más horas de vuelo, mejor comprensión de la realidad e incluso conociendo mejor a las personas que nos rodean.

Por ello, como en todo libro o película, hay momentos estables, momentos en donde el guion es parejo o en donde las condiciones se desarrollan conforme lo planeado o lo que se espera que ocurra. Sin embargo, cada uno de nosotros somos conscientes que la vida tiene giros inesperados, buenos, malos, tristes o alegres, pero que de cada una de estas situaciones siempre nosotros debemos de quedarnos con la lección aprendida de cada situación.

A esas lecciones aprendidas, las cuales debemos de aquilatar, le sumo también todas aquellas experiencias de vida, a nivel de nuestro entorno más cercano, de nuestro núcleo, de nuestro nido, de nuestro centro de gravedad, de donde parten nuestros sueños, convicciones y aspiraciones que nos permiten ir creciendo como personas de bien, como personas buenas y como personas que irradiamos confianza, respeto y empatía.

Alguna vez me pregunte si había alguna receta para aplicar en la vida que me permita hacer un plan a ejecutar, que incluso sea dinámico conforme se iban dando las cosas o de qué manera poder prever el futuro. A estas alturas, considero que en base a mi experiencia vivida y a las diferentes conversaciones con muchas personas a las cuales admiro, me permiten compartir un proceso que se desarrolla en 8 etapas, que tiene forma de una rueda, que siempre va para adelante y que permite usarla en cualquier momento, para cualquier situación, que tenga incluso que ver con cambios trascendentales, la cual la llamo “Nuestra rueda de vida”.

“Nuestra rueda de vida” la comparto con ustedes para que cada uno la adapte de acuerdo con su vida, es un patrón muy sencillo que encaja en cada uno de nosotros. Cuando la revisen e interioricen se darán cuenta, que es aplicable para cualquier momento, para cualquier situación o ante algún dilema que podamos tener. Es como una secuencia para llegar a una toma de decisiones, pero en el fondo no es solo eso, es más que eso, porque esa rueda nos sirve para partir de cómo nos miramos y que vemos en un momento determinado, lo cual nos servirá para revisar o escanear internamente como estamos, que sentimos, que queremos y cuanto de combustible necesitamos para llegar a nuestro destino.

Las 8 etapas de “Nuestra rueda de vida” tienen un tránsito obligado que seguir, ya que cada uno es secuencial y cada uno refuerza el anterior y sirve de base también para el siguiente. Es decir, el éxito está en llegar, revisar y completar cada una de las etapas.

La primera etapa se llama “Mirándome al espejo” y aquí coloquialmente lanzo algunas preguntas: ¿quién no se mira todas las mañanas o noches al espejo?, creo que todos, nadie se escapa y como nadie se escapa, tampoco, podemos escapar del reflejo, de la imagen que nos da ese espejo, sea de día o de noche, de que vemos, a quien vemos y ahí es donde justamente debemos de responder estas preguntas: ¿Quién soy?, ¿Cómo estoy?, ¿Dónde estoy?, ¿Por qué estoy aquí?; esas respuestas nos preparan el contexto inicial de partida, nos van abriendo nuestra mente, para comenzar una exploración hacia adentro, sin testigos, sin terceros, únicamente nosotros. Algo que no he dicho aún, es que “nuestra rueda de vida” es dinámica, como tal, cambia y cambia; pero como todo en la vida, a veces puede necesitar tiempo para pasar un obstáculo, un vaivén o incluso enfrentar una cuesta muy empinada la cual nos requerirá fortaleza, compromiso y paciencia. Obviamente, que también el factor edad y experiencia van dando diferentes perspectivas, diferentes miradas, más aún si uno ha cambiado de ser el observador que fue en un momento y que hoy lo es completamente diferente. Una cosa es mirarse al espejo a los 20-25 años y otra es mirarse a los 50, los sueños son otros, la evaluación es distinta, el camino recorrido también, entre otros factores más.

La segunda etapa, yo la relaciono con la necesidad de hacernos un análisis FODA personal, en donde solo con un papel y lápiz dividiendo una hoja en dos partes, puedo definir y expresar en una gran lluvia de ideas cuales son mis fortalezas y debilidades, las cuales debemos tener muy en claro que están “bajo nuestro control siempre”; y que si bien es cierto aceptamos dichas condiciones, también las podemos modificar si así lo decidimos. En otra hoja, debemos detallar a las oportunidades y amenazas, recalcando que dichas condiciones están “fuera de nuestro control”, y lo debemos tener claro para “no sufrir” innecesariamente por cosas o situaciones que no manejamos o que están fuera de nuestro control y que a veces nos ponen así, poniendo el foco en preocupaciones que están fuera de nuestro alcance de radar. Esta etapa sumada a la anterior nos permite tener un primer panorama de cómo estamos en el punto de partida.

La tercera etapa, se relaciona a nuestros valores, tomando en cuenta que nuestros valores vienen de casa, vienen de los ejemplos en el hogar, vienen de las conversaciones en la mesa familiar, vienen del trato respetuoso; aquí entonces nos lanzamos nosotros mismos una ráfaga de preguntas como, por ejemplo: ¿cuáles son nuestros principales valores?, ¿dónde se sustentan?, ¿de donde vienen?, ¿cómo están arraigados?, ¿cómo los vivimos?, ¿cómo los transmitimos a los demás?, entre otras más. Aquí es importante listar nuestros 10 valores principales, pueden ser 15 o 20, yo considere 10 porque es más o menos el número de valores principales que nos acompañan, pueden ser más y eso no es limitante. Lo principal es que tengamos claro los valores que sustentan nuestra conducta, nuestro accionar y relación ante los demás y como estos valores impactan de una u otra manera en nuestras decisiones de vida y como nos ayudan a reaccionar y enfrentar diferentes hechos.  

La cuarta etapa, aterriza en nuestras necesidades y en nuestras prioridades para satisfacerlas. Necesidades seguro que tenemos muchísimas, de todo tipo, pero en determinado momento algunas necesidades cobrarán mayor relevancia en determinado tiempo o serán necesarias para seguir avanzando en la vida, en nuestro proyecto personal o en proyectos de vida conjuntos como familia. Y para mantener un nivel de coherencia con las necesidades que tenemos, será necesaria una priorización de ellas basada en importancia, inmediatez, urgencia, medios disponibles, es decir, darle un orden. Aquí podemos ver en base a nuestras limitaciones que tareas podríamos necesitar para proyectarlas como expectativas de futuro. La pregunta ¿Qué quiero lograr? encaja en esta etapa.

La quinta etapa, esta referida al propósito, a nuestro propósito, tenemos que descubrirlo, tenemos que definirlo y las preguntas ¿a dónde quiero llegar? ¿qué me apasiona hacer? o ¿a quién quiero impactar? encajan aquí. Descubrir nuestro propósito es importante, porque es el eje de “nuestra rueda de vida”. Propósito es la unión de tres corrientes de nuestras vidas: sueños, pasión y contribución al mundo. Ojo que podemos llegar a esta etapa con un propósito ya definido, pero que quizás las nuevas necesidades, expectativas, debilidades u oportunidades que hay en ese momento nos hagan repensar y/o actualizar nuestro propósito. Esto es por supuesto válido y nos ayudará como personas a seguir trascendiendo y dejando una buena huella para quienes nos siguen: nuestros hijos, nietos, familia, colaboradores, amigos, etc. Todos, repito, todos tenemos un propósito en esta vida, que puede cambiar para mejor, y que puede ser más potente, más integrador; en eso radica la esencia de la vida y a veces no lo sabemos, nos enteramos o lo descubrimos muy tarde.

La sexta etapa, es el alineamiento, en donde apuntamos el esfuerzo a nuestro propósito, considero que es encontrar el “algo más”, el “plus”, el “valor agregado”, la “milla extra”, es el alinear el desafío y orientarlo al impulso que necesitamos para encaminar nuestras decisiones futuras para satisfacer esas necesidades que ya fueron priorizadas y que encajan o son la base de nuestro propósito. El alineamiento es fundamental, es dejar a nuestra rueda de vida complemente ordenada, en fondo y forma de manera que pueda rodar sin ningún problema. Alinear es ser consciente que tenemos que cumplir una secuencia ordenada, flexible y enmarcada en horizontes de tiempo. Aquí el valor de la actitud es fundamental.

La séptima etapa, es la transformación, es el “giro de timón”, es irnos al siguiente nivel, es asumir también la responsabilidad de las acciones y de los retos que emprendamos alineados a nuestros valores, a lo que nos “dice el espejo”, la transformación nos tiene que llevar a una mejor versión de nosotros, una versión mejorada, para ello debemos de ser adaptables, aceptar la decision y obrar en consecuencia. Transformarse incluye un cambio de mentalidad, romper paradigmas y creencias que nos pueden estar limitando, desaparecer nuestros miedos y transitar hacia una nueva manera de vivir, de resolver nuestros asuntos, de no quedarnos en un mismo lugar, de ser felices, de buscar nuestra tranquilidad. La transformación es una decision muy fuerte porque puede implicar incluso soltar muchas cosas del pasado, en la búsqueda de un puerto seguro para nosotros mismos. La transformación conlleva y se relaciona estrechamente con la tranquilidad.

Y la ultima etapa es la hoja de ruta, es en donde se pone el futuro en blanco y negro en un periodo de corto, mediano o largo plazo, que considera hitos, paradas técnicas, puntos de chequeo, recarga de aire y en donde nuestro destino se construye en base a compromiso y perseverancia.

Mi recomendación es que esta hoja de ruta tiene que estar ubicada en un lugar que sea visible diariamente, y que permita mediante una serie de imágenes, visualizar el futuro que queremos para nosotros. Yo uso y les recomiendo usar un “mapa de sueños” que les permitirá a través de muchas imágenes y mensajes positivos crear el futuro que queremos. También, el mapa de sueños tiene su complemento que se llama el “frasco de agradecimiento”, en donde van a parar nuestras notas de agradecimiento por cada sueño que se va cumpliendo. La mente es poderosa, de eso no hay duda y en este mapa saltará implícitamente la pregunta: ¿Quién tengo que ser? y ¿cómo potenciar mi liderazgo para tener fortaleza y resiliencia en todo este proceso?.

Estas 8 etapas constituyen “Nuestra rueda de vida”, por supuesto adaptable a cualquier matriz, grafico o complemento similar. Esta rueda está hecha desde mi punto de observación, desde una mirada basada en mi vida y que hoy quiero compartirla con cada uno de ustedes, porque yo la uso y es efectiva.

Finalmente, mi rueda de vida está ligada estrechamente a mi “Escudo de armas” que fue justamente un artículo que escribí el 21 de marzo del 2021 en el diario de bitácora.

Considero como un muy buen complemento tener mi escudo siempre cerca, porque también me permitirá en el análisis FODA y en las necesidades y prioridades tener una mirada hacia adentro, si todo ello guarda relación o se refleja en mi escudo de armas, lo cual me hace más fuerte.

 

Muchas gracias,

 

Jorge Padilla

Diario de bitácora Diario de Bitácora (coquipadilla.blogspot.com)

 

Comentarios

  1. Excelente articulo jefe.

    ResponderEliminar
  2. Lizandro Sarmiento1 de mayo de 2023, 14:10

    Gracias por compartir esta formidable estructura para hacer de nuestra vida algo más segura y agradable. Admirables conceptos que son una buena orientación para todos. Felicitaciones por esta obra. Ya está más claro tu propósito. Saludos Jorge

    ResponderEliminar
  3. Muy Coqui, cada vez mejor, incluyendo e afinando algunas cosas en mi rueda.
    Fuerte Abrazo

    ResponderEliminar
  4. Excelente art cap exitos.

    ResponderEliminar
  5. Gracias por compartir tu experiencia y grandes aportes Jorge.

    ResponderEliminar
  6. Carlos Schiaffino1 de mayo de 2023, 19:08

    Estupendo artículo

    ResponderEliminar
  7. Muy interesante Gracias porcompartirlo

    ResponderEliminar
  8. Gracias por compartirlo. Excelente!

    ResponderEliminar
  9. Qué buen artículo Jorge, creo que estoy en la séptima etapa de la vida, asumiendo la responsabilidad de las acciones. ¡Felicitaciones! Un saludo desde Panamá! Yudy Tunjano

    ResponderEliminar
  10. Muy bueno Jorge. Excelente herramienta para sustentar con mayor fuerza cientifica cada etapa de nuestra carrera laboral.

    ResponderEliminar
  11. Entre gallos y media noche he logrado leer con atención un hecho basado en sus vivencias, es interesante conocer cual es nuestro norte y saber orientarnos para no desubicarnos. Muy bien. Gracias Comandante.

    ResponderEliminar
  12. Jorge Miguel Chiri5 de mayo de 2023, 21:43

    Excelente artículo. El mapa de sueños es algo que todos debemos de tener. Es una motivación inconciente que nos lleva a lograr cumplir nuestras metas personales. A buscar nuestra rueda de vida.
    Felicitaciones!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Los versos de Thomas Gray

El agradecimiento como parte de nuestro balance de vida

Los actos lingüísticos*