La vida es una sola
Esta frase al
final se volvió viral como el slogan del viaje, para mí de manera coloquial
relacionaba por una parte con tomar la decisión de comprar algo, y por otra,
que ese era el momento exacto, ya que la vida es una sola y había que disfrutar
la experiencia, no teniendo cargo de conciencia, total, ¡la tarjeta se pagaría
después!
Pero, esa
frase colisionaba con una frase muy antigua que yo conocía y que la dejo buda y
que decía: “no es más feliz el que tiene más, sino el que necesita menos".
Entonces,
entrando al título del artículo, hago la siguiente pregunta: ¿la vida es una
sola?
La respuesta
es sí.
Y si es una
sola, la que nos toca vivir, desde que llegamos a este mundo, y que vamos
descubriendo a lo largo de nuestro camino.
En términos
cinematográficos, somos los protagonistas de nuestra propia película, la cual
conforme vamos creciendo y madurando vamos armándola y corrigiéndola.
La vida para
algunas personas es muy corta y para otras muy larga, pero en ambos casos la
vida tiene aspectos impredecibles que no los controlamos, sobre todo en
aquellas situaciones repentinas que pueden cambiarlo todo.
Y aquí es
donde entra a tallar nuestra resiliencia, esa capacidad de aguantar como un
resorte una carga inicial, pero que luego de asimilarla puede volver a su
posición inicial.
Y la capacidad
de resiliencia considero que también se relaciona con aquellas situaciones
complejas o complicadas que tenemos que enfrentar o asumir y que en un primer
momento pueden ser vistas o sentidas como injustas, pero soy un convencido que
de toda situación adversa podemos sacar lecciones de vida positivas que se
convierten en aprendizaje de vida.
Pasa también
que, en nuestra vida, la rutina en determinado momento nos mantiene en un mismo
ritmo, dejando de disfrutar o vivir de otras experiencias que están a nuestro
alrededor.
Todo ello
guarda relación directa de una u otra forma con aspectos de índole somático, y
por eso se reflejan en nuestro cuerpo, el cual, es una maquinaria sin parar 24
horas al día y 7dias a la semana.
Nuestras
emociones, estados de ánimo y sentimientos pueden generar en nuestro organismo
hormonas como la dopamina, la que provoca sensación de placer y aumenta la
motivación.
También puede
generar serotonina, que es capaz de transmitir información a nuestro cerebro
para hacernos sentir todo tipo de emociones relacionadas con la alegría y el
bienestar. Y finalmente, se puede generar más oxitocina, la cual se conoce como
la “hormona del amor” debido a su influencia en los sentimientos de empatía y
confianza, así como en la construcción de relaciones; estas tres hormonas de
una forma u otra ayudan a reducir los niveles de estrés y ansiedad.
También hemos
oído muchas veces que la vida se relaciona con el destino, como que el destino
es quien guía nuestros pasos o nos indica hacia dónde ir, con quien estar o que
decisión tomar; pero ello no es así, justo al iniciar el libro “las siete leyes
espirituales del éxito” de Deepak Chopra, este inicia con un pensamiento de uno
de los libros sagrados hinduistas que dice:
“Tú eres lo
que es el profundo deseo que te impulsa,
Tal como es tu
deseo es tu voluntad,
Tal como es tu
voluntad son tus actos,
Tal como son
tus actos es tu destino”
Por ende, el
destino se construye en base a nuestras decisiones, a nuestros actos, y que se
relacionan con nuestra voluntad y deseo, independientemente de las implicancias
que puedan haber detrás de cada decisión tomada.
A propósito,
siempre empleo una metáfora en donde digo: "las personas son como puentes
en nuestras vidas, a veces nos ayudan a transitar por un camino u otras veces
nosotros acompañamos a alguien a que transite el suyo" por lo tanto, las
relaciones auténticas y significativas nos sostienen y nos guían.
Mi profesor de
filosofía en la secundaria nos decía: “vivan la vida intensamente” porque cada
día que pasa, nos decía, paradójicamente es un día menos de vida.
Esto último,
lo relaciono con el vivir el presente, aunque esto suene tan simple, pero a
veces, estamos más enfocados en lo que ya paso, o con ansiedad en lo que aún no
paso.
Por ello, algo
que en mi vida he ido aprendiendo es a disfrutar más el presente, disfrutar más
el momento, el instante de vida, que una vez que termina ya es parte del
pasado. En consecuencia, disfrutemos la vida, disfrutemos el momento.
Así como la
vida es una sola, la vida pasa volando y cuando menos nos damos cuenta hemos
recorrido un gran trecho, hemos logrado nuestros sueños, hemos caído, nos hemos
levantado y hemos seguido adelante. Todo al fin y al cabo es aprendizaje, todo
suma.
Hace poco leía
un artículo en donde a un grupo de personas mayores de edad en promedio de
85-90 años les preguntaban ¿qué consejos darían a los más jóvenes?, al unísono
la respuesta fue: “vivir y disfrutar la vida, hacer lo que les gusta, pasar
tiempo con las personas que importan, no hacer daño a las personas, tomar
riesgos y salir de la zona de confort.
Volviendo a la
metáfora de las personas como puentes, y relacionado a salir de nuestra zona de
confort, algunas personas nos llevan a nuevas oportunidades y experiencias que quizás
no hubiéramos encontrado solos y nosotros también, podemos ayudar a otras
personas a emprender con coraje para tomar riesgos y explorar nuevos caminos.
“la vida no
solo se vive, también se celebra”, leí esta frase en una invitación de
cumpleaños de una amiga y creo que encaja perfectamente cuando llega una fecha
más de nuestro nacimiento, ya que son momentos en donde podemos dar gracias por
estar vivos, dar gracias por estar con quienes queremos, dar gracias por tener
una oportunidad de seguir viviendo.
Un factor
importante considero en adición, es mantener nuestra paz interior, porque
contribuye con nuestra salud mental ya que desde ahí se construirán relaciones
cercanas y auténticas, ajenas a intereses personales o profesionales, entonces
aquí vale un consejo:
“debemos de
alejarnos de las personas que no suman en nuestra vida, que son envidiosas, que
tienen otras expectativas o que solo están cerca por algún interés”
Probablemente,
incluso, las amistades y la familia, aquellas que están en las buenas y en las
malas, sean posiblemente muy pocas, pero así es la vida.
Dado que la
vida es una sola, y que cada uno de nosotros es un universo único, con nuestras
fortalezas y debilidades, con nuestras alegrías y tristezas, es importante
tener claro cuál es nuestro propósito en esta vida.
Y estoy
convencido que muchas personas viven sin saberlo o no han identificado el suyo.
Pero hay una gran mayoría que cuando identifica su propósito de vida, vive con
mucha pasión, con mucha fortaleza, con ganas de vivir, porque sienten que cada
paso que dan, cada acción que realizan está alineada con su propósito de vida.
Ahora, siendo
conscientes y realistas, tampoco es mandatorio tener identificado nuestro
propósito como tal, porque quizás las cosas que hacemos en nuestro día a día
sin saberlo están contribuyendo con un fin mucho mayor al que podemos
identificar o percibir, ya que podemos estar a través de nuestras acciones o
enseñanzas cambiando la vida de otras personas para bien.
Y en relación
con ello, cultivar los valores de agradecimiento y humildad nos hacen más
grandes, porque el ser agradecidos nos abre puertas para seguir avanzando y
contribuyendo con sembrar un granito de arena en este mundo, en esta vida.
La humildad en
nuestros actos es fundamental, nunca debemos de olvidar de donde vinimos, cuáles
son nuestras raíces, cual fue nuestro tránsito para llegar a donde estamos
actualmente; a veces ocurre que perdemos la humildad porque crecimos
profesionalmente o porque tenemos medios materiales, pero eso no es la esencia
de la vida.
Si a la
humildad y al agradecimiento le agregamos una buena predisposición para hacer
cosas buenas, para ayudar a las personas a cumplir sus sueños, así como tener
mentalidad positiva y buena actitud para enfrentar los desafíos, desde ya,
vamos bien, dejando atrás el pesimismo, el “no se puede hacer” o la cultura del
“trabajo ahí nomas” el cual vemos muy presente en nuestra sociedad actual.
Es importante
considerar a nuestro cuerpo y nuestra alma como un templo que siempre debemos
de cuidar, por ello cultivemos buenas costumbres y prácticas alimenticias, de
meditación y físicas para mantener nuestra armonía.
Valoremos lo
que tenemos, valoremos a quienes queremos, a quienes tenemos cerca en las altas
y bajas y por sobre todo darle gracias a dios que nos cuida y protege y nos
permite estar aquí.
Considero que
el secreto es poder tener en equilibrio nuestra vida que se desarrolla en los
ámbitos: personal, familiar, laboral, social, deportivo, etc.
Por ende,
tenemos todo lo que necesitamos para ser felices. Si uno de ellos se
desequilibra, todo el sistema como tal también lo hace, es decir, si somos
adictos al trabajo, probablemente dejemos de lado o dejemos pasar nuestra vida
personal o familiar y el tiempo es un factor que no tiene retorno.
Finalmente, si
yo les preguntará,
¿Si ahora que leen
este articulo les quedase una semana para estar aquí en este mundo, que
harían?, que acciones tomarían? ¿dejarían pendientes? ¿se despedirían de la
familia y amigos? ¿viajarían?
Es una
pregunta difícil,
Pero siempre
es bueno tenerla presente ya que “la vida es una sola”.
Jorge Padilla
Lima, 25
diciembre 2024
Diario de Bitácora,
episodio 38
Excelente reflexion con ejemplos bien claros
ResponderEliminarCreo que la vida es una expresión muy amplia y si podemos decir que es una sola. Pero si digo mi vida limito lo general y podría pe nsar en ese caso que no es una sola ya que mi vida no la vive por igual otra u otras personas, son diferentes y diversas. Unos viven como millonarios, otros muy enfermos siempre, otros huérfanos de amor, en fin. Entonces podemos decir que las vidas son diferentes y claro que son el resultado de decisiones generalmente. Tema de conversación muy interesante. Felicitaciones Coqui, siempre nos haces reflexionar. Un abrazo
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